"AHORA, HACIA EL APRENDIZAJE ACTIVO"

“MI CONFROTACIÓN CON LA DOCENCIA”
por:RIGOBERTO PATIÑO VIDAL

A lo largo de este escrito daré una semblanza de cómo por diferentes circunstancias me vi obligado a adoptar el rol de docente, como desarrollé e hice acopio de mis habilidades ocultas de docente.
Soy egresado de Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, de la Facultad de Químico Farmacobiología, hace 27 años, y empecé mi desempeño profesional en un laboratorio clínico particular, y en el cual aún sigo ejerciendo mi profesión, a la par me ofrecieron cubrir unas horas en una escuela de nueva creación que en aquel entonces eran llamados CECYTES y ahora CBTis, y pensé que esto sería una experiencia nueva, aún cuando en mis planes de vida no estaba el de ser maestro, sino que mis expectativas eran otras, sin embargo nunca me arrepiento de haber tomado esa decisión, que tal vez fue motivada por la necesidad de obtener una mejora económica, o por probar una experiencia diferente de “haber que se siente ser maestro”, en virtud de que me había cansado de repetirlo, y confesarlo no me avergüenza que ser maestro sería la última actividad que desarrollaría en mi vida profesional, pero no fue así el destino me tenía otro camino para recorrer, ya llevo recorridos 27años en esta profesión.
Me enfrenté al reto de enseñar química a alumnos de bachillerato de diferentes edades que iban desde los 14 y 15 años, hasta personas adultas, es decir en edad no escolar. Las clases eran atendidas solo en el turno vespertino en un edificio desvencijado, prestado por el municipio y pésimas condiciones de infraestructura, no sabíamos si cuando llovía se mojaba más afuera o adentro de las aulas de clase.
Ante tal desafío y la de confrontar a los alumnos y otras adversidades, armado solo con los conocimientos adquiridos durante la carrera profesional, sin tener un sustento pedagógico que me avalara, desconociendo por completo que esto era necesario para librar este desafío, creí que a veces “enseñando” como a mi me transmitieron el conocimiento, no era más que copiar o seguir esquema tradicional impuesto con el que fui enseñado. Muchas veces imponiendo o condicionando el conocimiento a un grupo de azorados alumnos que solo miraban con ojos de interrogación un sinfín de códigos y signos químicos plasmados en el pizarrón. Quién iba a saber que para enseñar química se necesitaba la pedagogía o alguna metodología especial, no, eso era sólo para maestros. Había que concretarse en preparar cada día una clase expositiva, que al día siguiente tendría que plasmar ante grupos de 60 o 70 alumnos, con inquietudes y dinámicas propias de su edad. ¿Cómo lograr mantener la atención de tantos alumnos y conseguir que se realizara en conocimiento? Esto se realizó cambiando poco a poco el esquema de impartir las clases, cambiando mi forma de pesar, modificando el condicionamiento de la conducta por despertar la motivación y el interés por las clases de química, utilizando todo el potencial que tenemos los seres humanos y desarrollando incluso habilidades y destrezas que permanecieron por mucho tiempo ocultos, sin olvidar la capacitación docente, es parte medular de este proceso como fue cursar la Maestría en Ciencias en Enseñanza de la Ciencias que cursé en el CIIDET que junto con lo anterior fueron el sustento básico para enfrentar todos estos retos. Otro de los puntos clave que desarrollé fue la aprovechar al máximo el trabajo y el trato con los estudiantes, para entenderlos, comprender sus necesidades y exigencias, tratando de enseñarles química a mis alumnos como yo hubiera querido que me enseñaran.